martes, 26 de julio de 2011

Recuento de un dia muy frío...Maratón de Dublin 25 de octubre 2010.

Amanece a 2 grados bajo cero, como es posible que con estas condiciones piense que puedo correr, sin embargo la caminata hasta el lugar de salida, hace que entremos en calor, el frío hace que todos los corredores vayamos tapados desde los pies hasta la cabeza, me pregunto y cuándo nos de calor que vamos a hacer?...interrogante que prontamente encontró respuesta cuando  a lo largo de la ruta observe literalmente montones de ropa apilada en las esquinas, a cada paso la gente va deshaciéndose de sus ropas y las va dejando  tiradas, camisetas, sudaderas, guantes hasta alcance a ver  unos tenis.. a quien le podrían estorbar unos tenis? ahora entiendo cuando mi hermana me dijo que  me pusiera la sudadera que menos me gustara,  sin embargo el cuerpo empezó a entrar en calor pero el frío sigue siendo igual, trato de correr sin guantes, cuando me doy cuenta que es imposible porque las manos siguen heladas
Me pareció una ruta difícil, con muchas subidas y bajadas, en la milla 4 la rodilla empieza a molestarme esa rodilla que sufrió su caída hace un par de semanas y gracias a mis buenas amigas  me entere que estaba infectada y que debía ser atendida, pero el frío hace sus estragos en ella y entonces como diría mi Santa madre tuve que encomendarme a todos los santos para que el dolor pasara lo mas rápido posible.

Por que como es bien sabido ya no hay retorno una vez empezado, la carga emocional de no terminar  puede ser peor que el dolor físico.

Estoy haciendo un gran esfuerzo por tratar de cruzar la milla 13 a un buen tiempo, 2 hr con 11 minutos, ¡ya no es suficiente! para poder cumplir la petición un poco en broma de cuatro horas, recibida antes de abordar el avión, trato de hacer mi mejor esfuerzo, pero ahora el pecho me duele,  esto es desencadenado por el frío tan intenso  y la falta de costumbre de correr a estas temperaturas, sin embargo todavía pienso que puedo acabar en buen tiempo, claro pensamiento pretencioso de mi parte cuando nunca había corrido bajo estas circunstancias

 Como en otros lugares del mundo es agradable ver que la gente  sale a las calles a apoyar a los conocidos y desconocidos, gritando ¡Well  done! claro ellos viven aquí que les importa el frío, sin embargo están totalmente cubiertos,  traen naranjas, sandias, agua, bebidas energetizantes,  gomitas en forma de ositos y figuras, ¡nunca había visto eso! me recuerdo de un amigo a quien le encantan,  pero es azúcar pura!, tomo un par de estas cosas, me parece  que voy desayunando a lo largo del camino, cosa que paso su factura cuando me empezó a doler el estomago, alrededor de la milla 18

Y jalando y estirando mis pensamientos llego a la milla 23 pensando en todos mis buenos amigos con quien hable antes de venirme a quienes presiono cada que salimos a correr o porque hagan ejercicio, porque encuentren en el ejercicio lo que yo he encontrado, pero luego  una ráfaga de malos pensamientos invaden mi cabeza, Qué he encontrado yo?  ¡Me duele todo! porque someto mi cuerpo a este calvario, cuando regrese no volveré a presionar a nadie

Estoy por encima de mi ultimo tiempo he pasado ya las cinco horas corriendo  y veo marcado el kilómetro 40 mi cabeza me pregunta  si quiero alargar esto o quiero terminarlo mi corazón contesta que quiere terminar no aguanto más y entonces  saco todas las fuerzas que me quedan para hacer de esos dos kilómetros  195 metros  el máximo esfuerzo, ese esfuerzo que hace que toda la carrera valga la pena, veo la meta y parece que pudiera volar,  estoy a punto de cruzarla y voy corriendo y parece que cualquier dolor ha desaparecido 5hr 16 minutos he terminado!

No ha sido el mejor tiempo pero es mi tiempo y estoy orgullosa de haberla terminado cuando crucé la meta las lagrimas se me salieron y un hombre mayor que me decía  Well done, Are you fine? ¡Congratulations! me le he colgado del cuello para abrazarlo.

¡Ha sido increíble! necesito llegar a casa y descansar, y hacer el recuento de los daños, las rozaduras, las ampollas y esos menesteres que nos  ocurren a ciertos corredores

Pero se que en un par de días estaré corriendo nuevamente,  y mis amigos estarán escuchando nuevamente mi odisea mientras yo los sigo atizando para que sigan corriendo o hagan algún deporte


“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre…”

Esta es una de las frases encontradas a lo largo de los 42,195 kilómetros  que se corrieron en la ruta del Maratón internacional de la ciudad de México

Todavía no sale el sol pero los mas de 15,000 participantes ya llenan la plancha del zócalo, me pregunto que es lo que mueve a cada uno de los participantes a estar ahí, a someterse a tan dura prueba…y me respondo que cada quien tiene sus propios motivos, pero cuando me cuestiono los míos, vuelvo a pensar lo mismo que hace ocho años que corrí por primera vez esta maratón, es probarse a uno mismo que puedes vencer el dolor físico, domar a la mente y salir airoso y con energía renovada para ser un mejor ser humano.

Siempre se ha dicho que somos lo que pensamos pero cuando estas corriendo la maratón es una de esas veces en la vida en donde debes ponerlo a prueba

Dieron el banderazo de salida 7.00  de la mañana en punto,  salgo acompañada  de cientos de mujeres dispuestas como yo a poner a prueba la disciplina y el coraje

Fue una mañana increíble de domingo, y en torno a las festividades para celebrar el Bicentenario de la independencia de México eso le brinda a este maratón un aire de nostalgia, de orgullo y un poco de tristeza, porque aunque es cierto que hemos avanzado como país en los últimos doscientos años, también es cierto que hoy mas que nunca las diferencias económicas y culturales están mas marcadas que nunca.

Fue una ruta ligera increíble y “fácil” hasta el kilómetro  24 y es entonces cuando hay que sacar la casta para completar el resto, con sus bajadas y subidas mentales y finalmente 4 horas con 55 minutos después  he conseguido acabarlo

¡Que bendición es ver la meta, que bendición es sentirse vivo!