martes, 26 de julio de 2011

“El dolor es temporal, el orgullo es para siempre…”

Esta es una de las frases encontradas a lo largo de los 42,195 kilómetros  que se corrieron en la ruta del Maratón internacional de la ciudad de México

Todavía no sale el sol pero los mas de 15,000 participantes ya llenan la plancha del zócalo, me pregunto que es lo que mueve a cada uno de los participantes a estar ahí, a someterse a tan dura prueba…y me respondo que cada quien tiene sus propios motivos, pero cuando me cuestiono los míos, vuelvo a pensar lo mismo que hace ocho años que corrí por primera vez esta maratón, es probarse a uno mismo que puedes vencer el dolor físico, domar a la mente y salir airoso y con energía renovada para ser un mejor ser humano.

Siempre se ha dicho que somos lo que pensamos pero cuando estas corriendo la maratón es una de esas veces en la vida en donde debes ponerlo a prueba

Dieron el banderazo de salida 7.00  de la mañana en punto,  salgo acompañada  de cientos de mujeres dispuestas como yo a poner a prueba la disciplina y el coraje

Fue una mañana increíble de domingo, y en torno a las festividades para celebrar el Bicentenario de la independencia de México eso le brinda a este maratón un aire de nostalgia, de orgullo y un poco de tristeza, porque aunque es cierto que hemos avanzado como país en los últimos doscientos años, también es cierto que hoy mas que nunca las diferencias económicas y culturales están mas marcadas que nunca.

Fue una ruta ligera increíble y “fácil” hasta el kilómetro  24 y es entonces cuando hay que sacar la casta para completar el resto, con sus bajadas y subidas mentales y finalmente 4 horas con 55 minutos después  he conseguido acabarlo

¡Que bendición es ver la meta, que bendición es sentirse vivo!



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